Has visto a graduados que persiguen sus sueños, equipados con una educación de primer nivel. O tal vez haya caminado por estos pasillos cuando era estudiante y ahora está sosteniendo la mano de su hijo en edad preescolar.
Reconocemos que la matrícula es un compromiso, pero la matrícula por sí sola no cubre el costo de una educación cristiana. Con un fuerte apoyo financiero de nuestra comunidad, hemos podido brindar una educación cristiana completa a los estudiantes durante más de un siglo. Y con su ayuda, podemos seguir brindando en este próximo siglo.